¿Qué es un vendedor?

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Muchas veces creemos saber los conceptos, pero no podemos dar una definición exacta. Anteriormente, hablamos en este blog sobre lo que entendemos por vender. Ahora vamos a hablar de la persona que vende.

Entonces, ¿es el vendedor quién vende?

Lo primero es saber qué es un vendedor, por lo que acudimos en primera instancia a la RAE, la que nos dice muy ciertamente:

vendedor, ra

Del lat. vendĭtor, -ōris.

  1. adj. Que vende. U. t. c. s.[1]

Entonces, cualquier persona que se dispone a vender, es tratado como vendedor. Pero no es igual aquella persona que publica un anuncio, por ejemplo en Wallapop, que quien a dicha actividad se dedica de forma laboral.

Como actividad laboral de vendedor, podemos encontrar diferentes figuras según sus funciones y su ámbito de actuación:

  • Dependiente. Persona que vende productos en el establecimiento de un pequeño o gran comercio.
  • Vendedores de plantilla. Están ligados a la empresa por contrato laboral y, por tanto, tienen una relación de exclusividad con la misma.
  • Agentes libres. Al contrario que el caso anterior, este no tiene exclusividad con la empresa. Está contratado mediante un contrato mercantil y suele trabajar con productos de varias empresas. Estos vendedores cobran un porcentaje de comisión en función del valor de las ventas realizadas.

Para resumir, el vendedor es una persona cuya función principal es ofrecer y comercializar un producto o servicio a los clientes a cambio de una contraprestación económica.

Para lograrlo dispone de varias estrategias que le ayudan a conseguir su objetivo. Algunas de estas estrategias son:

  1. Ser efectivo. Mejor que ir puerta a puerta vendiendo, es aconsejable realizar una planificación e investigar qué perfil es más interesante para ofrecer nuestro producto.
  2. Conocer más a fondo a tus prospectos. Antes de ir a vender, infórmate. Si el cliente percibe que has hecho un esfuerzo por saber quién es, tendrá más predisposición a escuchar.
  3. Poner atención en los detalles. Escucha a tu cliente, deja que hable y te dará información sobre cómo quiere que el vendas paso a paso.
  4. Cumplir lo que prometes. De nada sirve que prometas las mejores condiciones si después no es posible. Si tienes dudas sobre posibles condiciones, mejor aclararlo con la empresa antes de decírselo al cliente.
  5. Cobrar, lo más difícil de la venta. Ya en el proceso de venta debemos asegurarnos que el cliente puede hacer frente al precio. Es mejor prevenir que curar.
  6. Diversificar el esfuerzo. No emplees todo tu esfuerzo en un solo vendedor, puede que este falle y haya que salir corriendo a buscar uno nuevo. Regla: un solo comprador no debe representar más del 20% del total de tus ventas.


[1] «Úsase también como sustantivo».