Si te preguntas si eres un buen vendedor y aun crees que no lo eres, podemos afirmar que estás yendo por el buen camino para lograr serlo.
Antes de responder a la cuestión de si somos o no un buen vendedor, debemos definir que es un vendedor.
¿Qué se considera buen vendedor?
Un vendedor es aquella persona que ofrece un producto (bienes o servicios) a otra persona y ésta cuando lo adquiere, abona un dinero. Por lo tanto, un buen vendedor sería aquella persona que logra que le abonen mucho dinero porque otras personas hayan adquirido o recibido el producto que el vendedor les ofrecía.
Si eres un vendedor que todos los días sale al mercado a ofrecer sus productos y no consigue que alguien los compre, podríamos decir que eres un mal vendedor. Algunos pensarán que esta afirmación es injusta o desproporcionada, porque dirán que en la venta influyen muchos factores y que no todos son achacables al trabajo del vendedor. Efectivamente, en la venta intervienen muchos factores, algunos controlables por el vendedor y otros muchos ajenos a él, pero si no logra vender, si no logra que los clientes le compren sus productos, será un mal vendedor. Lo sentimos, a veces, la vida es dura.
¿Cómo ser un buen vendedor?
Para lograr ser un buen vendedor, solo tenemos que trabajar un poco todos los días, así de sencillo pero a la misma vez difícil de conseguir.
En la venta intervienen tres elementos: el vendedor, el producto y el comprador. En este post solo vamos a tratar la parte que concierne al primer elemento, al vendedor.
Conócete a ti mismo. Tienes que saber en que eres el mejor, en que eres bueno, en que puedes mejorar y en que eres un desastre. Si no tienes claros todos estos puntos de ti mismo, pregúntale a tu pareja, ella te dará un informe completo de todos ellos.
Si eres un desastre en algo, olvídate de esa parte y trabaja en todas las demás, sobre todo en la que eres bueno de verdad. Esa es tu ventaja competitiva.
Ponte un objetivo. Si eres vendedor, tendrás objetivos (si no es así, dinos donde trabajas para echar el currículum). Todos los vendedores tenemos objetivos de venta y solemos cobrar en función de que los logremos alcanzar.
En este punto no nos referimos a esos objetivos, sino a los que quieres llegar como persona. Tener una familia, comprarte una casa con jardín o tener tu propia bodega.
Trabajarás con más ilusión y motivación si lo que haces te ayuda a conseguir tu objetivo.
Cuídate. Si estás mal por dentro, también estarás mal por fuera. Tu salud, tu aspecto, tu estado anímico… todo suma para vender. Si estás cansado no venderás, si te duele algo, no venderás y si hueles mal, no venderás. Cuídate, tú formas parte del producto.
Mejora tu comunicación. Somos lo que comunicamos. Mejora tu comunicación y mejorarás tu ventas y por lo tanto, serás mejor vendedor. En esta mejora, debes hacer mucho hincapié en las preguntas que formulas a los clientes y en prestar mucha atención a lo que te dicen. Intenta innovar en la forma de dirigirte a los clientes, todos los vendedores siguen un mismo patrón que suele aburrir a los clientes.
Mejora tus conocimientos. Dicen que solo utilizamos el 10% de nuestra capacidad cerebral y aunque esta frase no tiene validez científica, es cierto, que todos los días podemos aprender y mejorar nuestros conocimientos. Un vendedor tiene que estudiar mucho y debería dedicar al menos un 25% de su jornada laborar a mejorar sus conocimientos. El adquirir una mejor base intelectual nos da seguridad y confianza, pero sobre todo nos genera oportunidades de venta.
Un vendedor debe saber de muchas cosas, principalmente de:
Su empresa: por muy grande que sea, deberías tener información actualizada de todo lo que sucede en tu organización, de los procesos empleados, de las personas que trabajan en cada área, de los territorios en los que dais servicio…
Sus productos: te imaginas acudiendo al médico y que tú supieras más de medicina que él. ¿Te tomarías las pastillas que te ha recetado? Un buen vendedor tiene que saber más que nadie de sus productos si quieres que tus clientes confíen en tus recetas.
Del sector: cuál es tu mercado, cómo se trabajaba antes y cómo funciona ahora. Quienes son los principales agentes, competidores, costumbres, tendencias, normativas, legislación…
De los clientes: tienes que conocerlos mejor que a ti mismo. Debes conocer como funciona su negocio. Si su negocio va bien tienes muchas posibilidades de que a ti también te vaya bien.
De la vida: debes estar al día de lo que siempre se ha llamado cultura general. Tienes que saber de política, de economía, de deportes, de la sociedad, de las modas, de las tendencias, de redes sociales y de muchas cosas mas.
No olvides una cosa, la información es poder. Necesitas mucho poder para ser un buen vendedor.
No seas cómodo. El ser humano es cómodo por naturaleza y siempre se ha dicho que no podemos ir en contra de la naturaleza, pero si quieres llegar a tener la máxima comodidad, tendrás que lograr ser un buen vendedor (ganarás mucho dinero para tener una vida más cómoda). En el momento que te acomodas, dejas de generar oportunidades de venta y otros la aprovecharán por ti. Si llevas sentado en la oficina más de una hora, puedes tener un problema de comodidad. Deja de leer este artículo y sal a vender.
Ten una actitud positiva. Querer es poder, si de verdad quieres ser un buen vendedor, lo primero que tendrás que hacer es tener una adecuada motivación y ser positivo. Un vendedor debe transmitir seguridad, confianza y positividad. ¿Comprarías a alguien que va triste a verte, que está desmotivado, que da pena…? Pues no lo hagas.
Todos queremos ser felices. Por ese motivo cuando estés con un cliente tienes que transmitir felicidad. Eso solo lo conseguirás cuando tengas una actitud positiva.
Hay algunos aspectos más que te ayudarán a ser un buen vendedor. Pero si eres capaz de trabajar en todo lo anterior, estamos seguros que en muy poco tiempo conseguirás grandes resultados y convertirte en un buen vendedor.
A trabajar…