‘’Las personas somos bombillas porque transmitimos. Ahora bien, hay quien va por la vida a treinta mil vatios y hay quien va fundido’’ empieza así el motivador Víctor Küppers en una de sus conferencias.
Y añade ‘’solo viendo a las personas caminar por la calle podemos puntuar lo que transmiten’’ refiriéndose al nivel de entusiasmo que reflejan.
Y es que los vendedores, contagiamos emociones a nuestros clientes y esas emociones influyen en sus decisiones de compra. A veces, nos obsesionamos con factores como la presencia o la profesionalidad y en variables como el precio, pero dejamos de lado el papel fundamental de la actitud del vendedor.
Vendemos intangible. Qué debemos hacer…, enamorar, transmitir, ilusionar al cliente o ser baratos.
¿Y cómo enamoramos a los clientes?
Víctor Küppers nos habla de la fórmula del valor de una persona.
( C + H ) * A
Tenemos que tener conocimientos (C) , habilidades (H) y actitud (A), es decir, la manera de ser.
Lo importante de esta fórmula es que la C y la H suman pero la A multiplica.
La diferencia entre los grandes y los mediocres vendedores, no está ni en la C ni en la H si no en la A.
Víctor Küppers nos habla de la gestión del entusiasmo. Algo que es fundamental a la hora de conectar de una forma positiva con nuestros clientes y traducir esa relación en ventas. Además, buscamos ofrecer un valor para que ese cliente vuelva a confiar en nosotros y, en definitiva, fidelizarlo.
Hay dos puntos clave a la hora de transmitir y conectar con el cliente: la preparación y el ánimo.
Estar preparados es necesario, o lo estás o no lo estás. Nos encontramos en un entorno en el que debemos de leer, estudiar e investigar nuestro producto, mercado y entorno.
El ánimo es fundamental. No debemos dejarnos contagiar por las personas negativas. Nos referimos al liderazgo emocional. Para un vendedor es muy importante gestionar sus pensamientos para poder controlar las emociones y elegir su actitud. Solo así, llegaremos al cliente a través del optimismo, el entusiasmo y generaremos una relación de confianza con él.
¿Si no nos valoramos nosotros como vendedores porque lo va a hacer el cliente?